Una tarde en el laberinto

Estabas ahí, entre las copas de los árboles, en esa figura que se genera cuando te sientas y miras hacia el cielo. Ese momento eterno en que las miradas se cruzan y se hablan como si fueran viejos cómplices, dispuesta a hacerme ver que hay más vida después de mi mundo, dispuesta a hacer callar mi voz para hacer gritar mi pensamiento. Pero espera, que no he terminado de contarte mi historia.

Todo ha sido tan sorpresivo, mi personita controladora se ha quedado desempleada. Pobre de él, ¿ahora qué será de su familia? Uno de sus hijos estaba por terminar su carrera. Es posible que todo ese estudio no le servirá más que para poder encontrar trabajo en algo que, seguramente, será ajeno a lo que estaba tanto tiempo acostumbrado. Sin duda tendrá que adaptarse a su nueva vida y aceptar a sus compañeros para poder sobrevivir.

¿Y qué decir del encargado del departamento de la Desidia? A él no le dieron más que las gracias y una liquidación que le sirvió para estar unas cuantas semanas viviendo como rey, comiendo todo lo que había a su paso, con películas y series todo el día. Pero ahora, apenas lo vemos pasar a lo lejos. Dicen que con la única que sigue teniendo contacto es con la Tristeza, a quien tampoco hemos visto tan seguido.

Tantos cambios que se han dado en estos años que ya no sé hasta cuándo pararán. Estoy seguro que el personal que contrataron para la nueva área de Congruencia ayudará en gran medida. O al menos eso dijeron los de allá arriba. Ya sabes, los del piso del Corazón están igual de entusiasmados que siempre, pero creo que a ellos sólo los puedes ver tranquilos cuando viene de visita el Olvido.

A decir verdad, en estos días ha habido gran tensión entre el personal. Parece ser que pese a que el Control ya no está, los demás no han podido dejar de extrañarlo. Por eso me alegra que estés aquí, todos se tranquilizan cuando estás cerca.

De pronto recuerdo: “a lo largo de nuestra vida vamos descubriendo poco a poco nuestro verdadero yo; y, a medida que lo descubrimos, perdemos parte de nosotros mismos…”*

Se hace tarde, debemos irnos. Entonces me abrazaste, te abracé, un latido, otro más, mi barbilla en tu frente, no queda más que cerrar los ojos. Ahora esa inconclusa figura toma sentido y aunque las estrellas se encontraran ausentes, ésta fue una tarde inolvidable.

 

 

*Haruki Murakami. Los años de peregrinación del chico sin color.

Con la frente marchita

Hoy acepto las palabras y la lengua como un medio de expresión,  pero las niego rotundamente como una forma de comunicación; no es en realidad la esencia de la misma la que me conflictúa, sino la complicación que nos generamos cada día para evitarnos y no dejarnos ser. Las palabras -a veces- se controlan, las miradas no, el rose de una mano, un beso robado, una caricia temblorosa.
Me debato entre el anonimato,  la soledad que tanto he buscado no concuerda con poder compartir lo que sucede en mi interior, mientras estas líneas toman forma, también hay algo que se sigue construyendo, mente, cuerpo, alma. Quiero serlo todo, quiero ser un mundo, quiero encontrarte y poderme encontrar en ti, aunque sé que las prisas son malas consejeras, nunca he sido una persona paciente.
Decisiones, decisiones, decisiones. No hay malas ni buenas, quiero dejar de lado al mundo que me ha llenado de tantos convencionalismos. Bien, mal, hombre, mujer, trabajo, vida, casa, Yidam.
La mejor estructura es la que no existe, porque en ella estoy yo, tan simple y complejo como una idea, una proyección de lo más profundo de mi ser.

Otoño

Te extraño porque aún no te conozco, porque en una eterna inmensidad me diste más aire, más suspiros y ahora, tres mil razones para recordarte cuando viajo, cuando pienso, cuando trato de volver a esta vida mía, a lo desconocido y a todo lo que siempre quise ser.

Waiting room

La desesperanza entre la impaciencia ciega incluso a aquellos que logran sentir un corazón latiendo de deseo, una compleja duda que se disipa con una canción, el recuerdo de una profunda voz y el toque de esos labios, el límite entre dos peces que quieren conocerse y reconocerse, mirarse en la penumbra, caer desfallecidos.

No a mí, no ahora, que aún lucho contra ti después de tantos años en que he sido tuyo. No a mí, no ahora, que he abierto las puertas para tu partida. No a mí, no ahora, que ya no hay espacio para ti esta noche en mi cama.

No a mí, no ahora, no voltees tu mirada hacia otro lado, ni te dirijas a mí con la indiferencia oculta de un secreto que asesino a besos. No a mí, no ahora, no dejes que olvide tu sonrisa. No a mí, no ahora, sólo no me escuches y deja que el tiempo nos haga.

(esta noche)

… me duermo en ti para entender que aún no existes, no en esta realidad de ensueño que me hace entregarme más cada vez, cada vez que me olvido de mis huellas y lo que me ha traído aquí. Te extraño, pero aún no te conozco…

Extraño

Despierto en un mundo de sueños, tan exaltado como si fuese perseguido por una jauría entera, el corazón latiendo con toda su fuerza y una extraña sensación que no alcanzo a reconocer, es todo esto nuevo o me perdí tanto en lo cotidiano que olvidé cómo escuchar a mi cuerpo? El sentimiento sigue, como si se tratara de una parte más de mí, sin embargo, no puedo ignorarlo… Algo grande está por comenzar, eso lo tengo muy claro, pero no alcanzo a discernir si sea para bien o para mal… De nuevo las contradicciones, estúpidos géminis, recuerdas que te dije que no creía en dichos conceptos? Ni bien ni mal, simplemente acciones y reacciones, como una hormiga amenazada por una mano. Ya no pienso, luego, existo; mejor me concentro en el café de esta mañana que se endulza con suspiros y con lo lindo que es recordarte. Mira que eres complicado, Yidam! Porque bien podría reducir todo a un beso lleno de te quiero.

Cuento

Hoy no encuentro excusas ni pretextos, hoy he estado dentro de mí,  hoy viví,  hoy amé,  hoy respiré… ahora, la lluvia cae sobre mi piel desnuda, lavando todo aquello que quise dejar atrás.
Desde mi ventana te miro, siempre con una perspectiva impasible, siempre con una dicotomía adversa, siempre tan tú,  siempre tan yo… siempre tan yo… siempre tan yo… hasta cuándo dejaré de serlo?
No hay más andar que el del camino no recorrido, he decidido descalzarme y sentir la tierra entre mis dedos, sentir las piedras clavarse en mis plantas, ver cómo sangran dejando una parte de mí ahí. Nunca solo, siempre tan yo, ahora inédito,  siempre tan yo, mira hacia adelante, siempre tan yo, empieza a andar, nunca más yo.
Ni tan arrepentido y sin embargo, ni tan Sabina ni tan Oliverio, donde esté mi Gala irá mi corazón,  lo demás aún no se compone, tan incomprensible como este escrito, tal como mi propio pensamiento, siempre tan yo…
Sin propósito alguno, no quiero dejar pasar la ocasión de recordarme una vez más,  siempre tan yo, nunca más lo seas, y aún así, nunca olvidarte, siempre conmigo, siempre tan yo, hasta que la vida me alcance, hasta no volver, hasta nunca olvidar, hasta poder volar; sólo entonces, llenarme con ese abrazo dulce que deja la nostalgia de alguien a quien pensabas no volver a ver, sólo entonces, encontrarte y aceptarte. Mientras, dejas de existir.

Sparks

Y sin embargo, hay días en que las letras no me son suficientes… esas veces que tengo tanto qué expresar que la transformación de una selva entera no me dejaría culminar. Para días en que las aves vuelan tan alto tengo la palabra, el lenguaje, una sonrisa, un abrazo, un momento, un algo que posteriormente mi mente construirá de algún otro modo, pero que aún así, no dejará de ser parte de mí…

Una y mil gracias…

Delirio

Esta noche tengo tanto que decir que no me encuentro,

esta noche lo único que haré será callar

porque esta noche las palabras se las lleva el frío viento,

porque esta noche las letras no me terminan de expresar.

 

Esta noche no soy yo, soy un proceso, una idea,

esta noche quiero sentir como nunca lo he hecho,

esta noche quiero ser de ti, dejarme llevar por la marea

y respirar en el agua hasta poder reventar mi pecho.

 

Esta noche necesito armarme de paciencia

pensar y actuar como tanto lo he querido

tragarme las palabras y vivir lo que no he vivido,

reventar lo que no deja en paz a mi consciencia.

 

Esta noche es contradictoria, como toda mi vida

esta noche me armo y desarmo sin problemas

esta noche no espero que me entiendas

esta noche más que nunca quiero que me sigas.

Pretexto

Si, seguimos pensando que únicamente lo bueno nos deja algo, a fin de cuentas, qué podemos aprender de lo malo, ¿cierto? No para mí, no esta noche ni cualquier otra…

A pesar de todo bien, a pesar de todo mal, me siento mucho más cercano, porque sé que todo ello esta dentro de mí; los aplausos y abucheos están ahí también, no busco complacer a la gente, busco la satisfacción personal.

Una luz se enciende, hay notas sonando a mi alrededor, sin embargo, la vida sigue pasando muy a mi pesar, pese a aún cuan absorto me encuentro en mí, el tiempo jamás se detiene; aunque no es mi propósito hacerlo, siento que puedo lograrlo con un pestañear de ojos… no, y cada suspiro me entiende mejor.

Escuchando una voz que se encuentra tan lejos, entiendo qué tan cerca estoy de encontrarme… Una y otra vez me siento en esta posición, aún sin encontrarme. ¿Cuanta exigencia se puede tener sin llegar a la necedad? La necesaria para no toparse con la mediocridad, la cual ha estado tan profunda y tan alejada de esa persona que llamo por mi propio nombre.

Hay una complicidad que sigo, la dualidad entre lo que soy y lo que quiero ser, ya no busco una guerra, sino una tregua entre dos naciones que no hacen más que prepararse para la batalla, cada una en su modo de vida para poder llegar a proteger sus creencias.

Un día lleno de suspiros, una noche llena de sentimientos, la inevitable levedad del ser, en la cual no me conozco, no convivo conmigo, simplemente me alejo para poder evitar pensar más de lo debido, para evitar conocerme y encontrarme con todo lo que responde a lo que tanto he llamado como parte de mí.

Todo el mundo dice hasta luego, yo mismo me he despedido, esta vez, con los ojos cerrados, me ayudo de la penumbra de la luna creciente para poder resaltar todo aquello que las palabras no alcanzan a decir, y es que, el lenguaje es tan limitado como los humanos mismos, siempre buscando una razón para lo que vemos y creemos, siempre perdidos en un mar de posibilidades que nos acercan a la respuesta tan buscada, a la cual nos asimos como bestias que corretean un objeto irreconocible para poderle dar un poco más de sentido a aquello que no podemos entender.

De nuevo la inercia de una batalla, más que sangre, corren ideas, en las vísceras de mi mente escurren pensamientos en los cuales ya no me encuentro pero que tampoco quiero olvidar.. Quiero saber de dónde vengo para reconocer mi camino, para no cometer los mismos errores una y otra vez, para poder generar un milagro del cual pueda asirme; los culpo a ustedes, mi flexibilidad tan autodidacta, mi libertad amorosa, mi confusión anónima, mi romanticismo… Los reconozco como parte de este proceso, que aunque sea una mentira, puedo suponer que vivo en circunstancias tan disímiles como la mayoría… Ya paro de culparlos, la monotonía se encuentra en mí, aún cuanto los ríos de nuestras vidas se compliquen por un egocentrismo innegable…

Sigo sin parar el tiempo, sin embargo me vuelvo eterno. Ya no pienso en el proposito, ya no pienso en un mañana, ya no pienso, sólo siento… Una parte de mí dentro de todos los demás, hasta ahora lo entiendo, no es simplemente mi visión, son varios modelos de vida.

¿En verdad creen que lo más complicado es comenzar? Empiecen a vivir y después hablamos…